martes, 27 de mayo de 2008

Trabajo de padres

El viernes pasado, entre los festejos de mi cumpleaños; fui invitado por mis compañeros de trabajo a jugar billar. Como mi hija Vicky entró a trabajar el jueves, cerca de donde trabajo yo; le dije que iba a estar ahí, por si necesitaba que la llevara a casa.

Allá llegó, 10 minutos después que yo. El plan era tomarse una cerveza (se convirtió en dos) e irnos a cenar (por mi cumpleaños). Durante la estancia, Vicky conoció a una de mis compañeras de trabajo (Eva) y se puso a platicar con ella. Ya me imaginaba yo que iban a simpatizar, y así fue. Durante su plática, Vicky me preguntó si había algún problema si fumaba (ella fuma ocasionalmente) y le respondí que cuando yo fumé (en la universidad), mi madre me dijo lo mismo en una ocasión: "Ojalá que no vea fumar a mis hijos"; obviamente dejé el cigarro poco tiempo después (*); y Vicky no encendió el suyo.

De la misma manera, durante mucho tiempo hemos criticado los novios que Vicky ha elegido; sin ocultar nuestra preferencia por uno de los ex-novios (y nuestro desacuerdo con otro [**]). Que es buen muchacho, trabajador, con valores similares a los nuestros, etc., etc., etc. Parecería que se fuera a casar con nosotros.

Durante la plática de Vicky con Eva, surgió el tema de las parejas y la pregunta de mi hija hacia ella de cómo se había dado cuenta de que su marido (de Eva) era la persona con quien quería pasar el resto de su vida. No escuché toda la respuesta, pero si escuché que Eva comentó algo respecto a la inexistencia de los cuentos de hadas y el compromiso que uno asume al casarse.

Al salir del billar y tomar el camino a casa, le pregunté por qué había platicado con Eva de esos temas y me respondió que tenía que ver con un comentario que yo había hecho. Este comentario mío, estuvo basado en la lectura de un artículo en Internet. En tal artículo comentaban que las mujeres que no se casaban o que tardaban mucho en casarse no era por ser demasiado exigentes con sus prospectos; la razón real de no casarse era la indecisión. Y comentaban ahí, que las mujeres en realidad saben que no hay hombres perfectos; pero con el pretexto de querer esperar al hombre perfecto toman la decisión de esperar al "hombre perfecto". Es un círculo vicioso, porque conforme pasa el tiempo, los mejores candidatos se van casando; no con mujeres mejores, mas guapas, etc., sino con mujeres mas decididas, lo cual; a su vez, hace que las mujeres indecisas se "indecidan" más aún.

Pero bueno, el punto con Vicky es que ahora ella está tratando de ver un poco mas allá de la impresión física de la persona; tratando de conocer mejor a sus prospectos. Durante mucho tiempo, mi esposa y yo, le hemos insistido a Vicky que haga cosas (irse al extranjero, estudie una maestría, etc.); con el pretexto que después no va a poder. Acabamos de descubrir que a Vicky se le dificulta comprometerse, creemos que en parte es por lo que hemos hecho con ella. Parece que está cambiando la situación un poco. Esperemos que siga bien.

Hasta luego.

(*) Aunque no fue esa la razón que me dí para dejarlo; jugando dominó con mis compañeros de universidad, empecé a fumar un cigarro y uno de mis compañeros que no fumaba me dice "¡de ver como estás disfrutando ese cigarro se me antoja uno!" Valga decir que ahí deje de fumar (por la presión social).

(**) Gracias a esta falta de discreción en casa conocimos a unos buenos amigos.

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